Cuenta una leyenda de Tampico (Tamaulipas), que aquellos viajeros con
intenciones de pasar un momento vacacional en sus playas, pueden ser
víctimas de un encuentro inesperado y algo impactante durante su
trayecto, en un punto específico de la carretera frente a una tienda de
autoservicio.
Las personas que paran ahí a descansar o
abastecerse de provisiones cuando ha caído la noche, ven a mitad de la
calle un niño paseando en su triciclo. Este hecho es demasiado
inquietante para quien lo presencia, pues es una vialidad muy
transitada, en especial por camiones de carga, y resulta muy extraño ver
al pequeñito paseando con tranquilidad sin la supervisión de nadie y
exponiéndose a ser atropellado en cualquier momento.
Las personas de inmediato bajan de sus autos o salen de la tienda para
alejar al niño del peligro, pero al llegar al punto donde lo vieron, él
ya no está ahí, se ha esfumado. A pesar de que lo buscan por los
alrededores es imposible dar con su paradero. Así que la gente decide
reanudar su viaje.
En el momento que suben al coche para
continuar y encienden la luces, nuevamente ven al pequeño avanzando
hacia la carretera frente a ellos…y unos metros más delante…desaparece
ante la vista atónita de todos los testigos.
Después de esto, son
menos los curiosos que se bajan a averiguar sobre lo sucedido, la
mayoría prefiere marcharse cuanto antes. Lo cual parece correcto, pues
de quedarse sobre la carretera tratando de encontrar al pequeño que
minutos antes se desvaneció, podría provocar que ellos fuesen los
atropellados.
Al regreso del viaje, aquellos que lo hacen de día,
pueden aclarar un poco su confusión sobre el niño del triciclo, ya que
se divisa a orillas de la carretera una lápida, acompañada de una
estatua de angelito, que según testimonios de los trabajadores de la
tienda, pertenece a un niño que fue atropellado mientras sus padres
hacían las compras, ellos bajaron su triciclo para que paseara en el
estacionamiento, sin embargo el subió a la carretea y un camión termino
con su vida.
Al parecer el pequeño aún no se entera de su muerte y
sigue con ese paseo eterno que perturba la paz de aquellos que lo
miran, o cómo piensan otros, se aparece a propósito con intensión de
provocar un accidente a sus testigos, pues ya se cansó de jugar solo.

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